Parece que finalmente, luego de varios años amagando, se realizará la reforma del plan de estudios de nuestra carrera. Si bien esto debería haber sucedido hace mucho, es este EL momento para hacerlo, ya que la crisis económica internacional y sus implicancias políticas y sociales pusieron al desnudo la verdadera cara de los grandes medios de comunicación y los límites de nuestra carrera para poder explicar la realidad y formar intelectuales a la altura de las circunstancias históricas que vivimos.
Esta crisis de magnitudes históricas y la desesperación de los gobiernos nacionales de salvar a los que la generaron, a través de los millonarios rescates a bancos y grandes empresas (aún dando por tierra los mismos postulados que ellos mismos pregonaron durante años) pusieron en cuestión al conjunto de las ciencias sociales, en tanto ciencia que pretende explicar la sociedad, demostrando su incapacidad no sólo para darle una salida de conjunto a la crisis, sino también para explicar las verdaderas causas.
En lo que ataña en particular a nuestra carrera, los grandes medios se hacen eco de las salidas a la crisis de los poderosos, desnudando el carácter de clase de los medios, que lejos de “contar” la realidad, son escribas a sueldo de alguna fracción de las clases dominantes (más liberales o más progresistas) que intentan socializar sus perdidas, descargando los costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, ocultando como la crisis a nivel mundial se cobra miles y miles de puesto de trabajo y arroja a la pobreza a millones de personas mientras se siguen salvando los banqueros y grandes empresarios.
Durante el verano, un mail de la dirección de la Carrera anunciaba la reforma y llamaba a un cronograma bastante “democrático” para presentar proyectos y anunciaba una serie de debates alrededor de la reforma. Pequeño detalle omitía dicha convocatoria, el hecho de que más allá de estas instancias “democráticas” quien llevará a cabo la reforma será un órgano de “notables” aislados de la opinión de los miles de estudiantes de Ciencias de la Comunicación.
A nuestro entender no podemos escindir este debate de la discusión del presupuesto de la UBA. El ahogo presupuestario al que somos sometidos se traduce en miles de docentes ad-honorem, las pésimas condiciones en las que cursamos y la precariedad de los elementos técnicos con los que nos deberíamos formar como profesionales. No podemos discutir los contenidos de la carrera por fuera de las condiciones materiales en las que cursamos.
Ni los 10.000 estudiantes de la carrera, ni los cientos de docentes ad-honorem tendremos derecho a decidir en la reforma de nuestra carrera. Esto pone de manifiesto una vez más el antidemocrático régimen de la UBA , ya que tampoco pudimos elegir al director de la carrera gracias al voto ponderado que le permitió a Kaufman ser director habiendo obtenido sólo un tercio de los votos que sacó Carlos Mangone entre los estudiantes.
Para que la reforma, realmente sea un avance en los contenidos y la organización de la carrera, debemos enfrentar este régimen antidemocrático e impulsar que la reforma sea desde los cursos; que sea fruto del debate entre los estudiantes y los docentes en toda comisión, dedicándole un espacio en cada curso al debate sobre la carrera, y poniendo en pie una comisión abierta de discusión en la que todos podamos debatir las falencias y elaborar un proyecto que refleje nuestras necesidades en la perspectiva de votar un cuerpo de delegados docente-estudiantil que efectivamente sea quien vote la reforma, expresando la voluntad de quienes cursamos todos los días.
Desde EnClaveROJA y como mayoría estudiantil en la Junta de Carrera de Ciencias de la Comunicación, llamamos a:
- Comisiones abiertas de discusión sobre la reforma del plan de estudio que sean resolutivas donde el criterio sea una persona = un voto, para combatir el antidemocrático voto ponderado con el que se elijen actualmente las autoridades de la junta.
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